Se acerca sin prisa pero sin pausa el 31 de diciembre, fin de año. Algunos creemos que es el fin de muchas cosas, el fin de lo malo para dar paso a lo bueno.
Llenamos de propósitos el nuevo año que llega y cumplimos solo unos pocos, o ninguno. Pero nos lo proponemos como si ese cambio de digito nos diera un empujón invisible para poder hacerlo… ¡Qué tontería¡
Seguramente, cometeremos los mismos errores corregidos y aumentados, quizá hagamos deporte durante un mes más de lo previsto, quizá dejemos de fumar tres meses, tal vez los primeros días los comencemos con el convencimiento de que el nuevo año traerá lo que nos quitó el año anterior. Pero todo son ilusiones efímeras que se esfuman cuando marzo asoma, el frio se aleja lentamente y la primavera nos sorprende floreciendo como cada año, ahí se nos olvidaran los nuevos propósitos y estaremos en el mismo lugar que el año pasado.
Otro año más. ¿Alguien sabe a dónde van los años? Tal vez se quedan todos en algún lugar para conspirar contra nosotros. La cuestión es que se van y no regresan más. Es como si la función del tiempo fuera irse, consumirse, escurrirse entre los dedos y terminar con todo.
Y así se me han ido los años, uno tras otro. Sin darme cuenta cómo, ni por donde. He tenido una vida demasiado ocupada como para atraparlos y retenerlos cerca de mí. Y no es que me haya llenado las manos, ni que me haya enriquecido. Sino todo lo contrario.
Todo lo que alguna vez tuve, lo di. Y como es lógico suponer, todo quedará allí. Exactamente donde lo dejé y donde siempre estará.
Pero como siempre, me siento en la orilla y miro hacia atrás, solo un rato, porque mirar atrás es un atraso…. Pero me gusta evaluar lo vivido e ir midiendo que puedo cambiar, que puedo mejorar y qué más puedo intentar.
Es casi un ejercicio guiado por la mera costumbre. Un ejercicio de elegir a donde ir, y por qué camino. Un ejercicio para llenar una agenda por año de propósitos que nunca sé si cumpliré. A veces tan sólo porque mis propósitos no dependen solo de mi.
Cada año es igual, igual que este año que termina, igual de aburrido, igual de trabajoso, igual de mediocre, igual de insensible, igual de vago, igual de imprevisto…Como cada año diremos lo mismo, pase lo que pase, al fin y al cabo… estamos vivos.
Pero a fin de cuentas ¡qué alivio! Al fin, este año se va…
Alguien dijo:como han pasado los años,las cosas que nos dejó (y quitó)la vida.Este sé acaba...y...brindo por los sueños que nunca sé hicieron realidad,Y por los que sé puedan realizar...Un beso y....
ResponderEliminarMi querida Penélope!! Si me permites..tomarme la libertad de que atraves de tú blog,pueda decirle a mí Amiga(sé que ella pasa por aquí,de vez en cuando)Qué gracias por haber llegado y formar parte de mi vida desde hace décadas..Hemos reído,llorado,nos hemos enfadado..reconciliado,porque la verdadera amistad existe cuando la sinceridad es la base primordial..Lo normal sería decirla que la quiero pero yá sé lo dígo amenudo,Si le díría que:Si no existiese habria qué INVENTARLA!!Hasta en sus peores momentos y há tenido,bastantes siempre está ahí con una palabra de consuelo y ó de apoyo,Ella es más joven que yó,pero también de cuando en cuando,sabe ejercer de Hermana Mayor.Fuera de los topicazos de las felicitaciones de un año que acaba y otro qué comienza,le diría,tú risa es mi risa,tú llanto es el mío,tú dolor es el mío,te quiero Amiga Mía,llegó el momento de cerrar este libro,y comenzar uno nuevo...Gracias,Penélope..por permitirme invadir tú Rincón,un Beso y....
ResponderEliminarNo dude usted , que le haré llegar tan lindo mensaje. Las amigas están para eso y para mucho más. Usted es una gran amiga. Si este rincón le ha servido de algo, que sepa que siempre está abierto para usted y para quien lo necesite.El saber que ustedes están ahí cada día , reconforta. Un abrazo enorme y Feliz año.Comience el nuevo libro con la ilusión y la alegría que se necesita para todo lo nuevo ...
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