Ellas...

Tengo amigas y… amigas. Amigas conocidas y amigas desconocidas. Hay amigas a las que no olvidas nunca, otras, a las que quieres como si fuesen más que hermanas, con las que sufres cuando sufren, con las que ríes cuando sonríen, amigas que se convierten casi …en prolongaciones de ti misma.

No tengo muchas así, diría que las puedo contar con los dedos de una mano. Pero ellas, son TODO para mí.

Me escuchan, me cuidan, me miman… ¡o mejor dicho! Nos escuchamos, nos cuidamos y nos mimamos. 

Las podría diferenciar a todas por catalogo; están las amigas de toda la vida, esas a las cuales ves de año en año, en cenas o comidas organizadas. Después están las de las cervecitas, fiestas, salidas, cumpleaños y diversos eventos a las que ves cuando procede.

Ahora, con las nuevas tecnologías, están las amigas virtuales, esas a las que les das los buenos días o pones un “me gusta” en la foto con su “churri”. De ellas, alguna se convierte en una verdadera amiga cuando la conoces en persona, suelen ser pocas, porque si en la vida real, cara a cara, nos equivocamos con las personas y de vez en cuando te decepcionan, imagina lo que debe ser conocer a alguien a través de una pantalla. 

Todo pura fantasía, hay quien se inventa una vida e incluso llega a creérsela.

Tengo amigas de las que no sé de ellas en un tiempo, pero… cuando silbas, están siempre ahí. ¡Esas son geniales! No te reprochan nada, ni preguntan por qué no llamas, simplemente no necesitan explicaciones, simplemente están ahí porque te quieren.

Están también esa con las que hablas prácticamente todas las semanas por wass , pero que no las ves en meses , bien sea por distancia o por falta de tiempo. Esas son unas “petardas” a la que quiero mucho (petardas…con cariño ehhh)…

Después, están las incondicionales, esas por las que das la vida, esas por las que pones la mano en el fuego, esas por las que haces lo que sea por ellas… Esas son las que componen mi vida y le dan sentido…

Mi amiga, la que sufre por sus hijos, sin hijos, la que llora por un nieto que no ve, la que no te llama para no contarte lo que le pasa para que yo no sufra, la amiga de siempre, la amiga eterna por la que darías lo fuese por verla estupenda, la que te deja impotente ante sus problemas porque no puedo hacer nada... y ella, sigue preocupandose por mí. 

Mi otra amiga, la que a pesar de ser fantástica y tener el mundo rendido a sus pies tiene sus bajones y no te lo dice, esa que hay que sacarle los problemas de la boca para que los cuente, pero sin embargo, ella escucha los tuyos aún a pesar de estar harta de escuchar siempre a los demás. Con ella vivo momentos buenos y otros menos buenos… esa es la que me conoce más que mi propia madre. Esa es mi amiga y mi hermana… la que nunca tuve.

A final lo que cuenta realmente, son esas amigas y amigos que caminan a tu lado durante casi toda la vida sin juzgarte, perdonando a veces las ausencias, queriendo sin querer a quien está a tu lado en esos momentos… tan solo, porque es lo que yo quiero.

A mis amigas, a mis amigos, a todos los que están a mi lado, a veces sin merecerlo, le quiero decir que sin ellos, este paseo por el jardín de la vida, no tendría sentido.