miércoles, 26 de junio de 2013

No hay final...


Sonaba el maldito sonido del despertador del móvil , eran las cinco de la mañana , se levantó como un resorte dispuesta a entregar el ultimo vinculo material que le quedaba. Ducha para espabilar, y mientras tanto decidir si ir o no...  

No sabía que iba a ocurrir ese día, no sabía si volvería al anochecer o al día siguiente, pero sí sabía que quizá era el fin, el fin de algo que no terminaba nunca. Cuan equivocada estaba, no iba a ser el fin, iba a ser la continuidad de lo que nunca tiene un final ¿Por qué no  llega nunca ese final? Eso, eso solo lo saben ellos dos. Quizá no se puede terminar lo que nunca empezó, quizá el vinculo sentimental nos le deja cortar del todo el hilo invisible que ninguno de los dos ven pero existe.

Quizá no pueden poner fin porque simplemente ninguno de los dos quiere...

Empezaba a amanecer por Levante  como siempre, la luz del sol le cegaba en el espejo retrovisor, una canción sonaba en la radio, siempre la misma, siempre repetida, una y otra vez pusiera la emisora que pusiera... Las líneas continuas, discontinuas, las curvas, las rectas, la carretera era como su propia vida, unas veces llana, otros escarpada, unas veces con subidas y otras con bajadas. 

Seguía el sol su ascenso hacia el cielo azul que cubría el terreno,  agradecía el viento fresco por sus mejillas, así no se adormecía, la noche anterior no había descansado nada y eso le hace acusar más la "pequeña gripe" que le ronda, aunque ella nunca  hace caso de los avisos del cuerpo...

Llegó al lugar, lugar mágico donde los haya, poca gente, hora de desayuno, le temblaban las manos al coger el móvil para llamar y decir "estoy aquí", una vez lo consiguió, no hubo respuesta, un SMS  y poco más es lo que pudo hacer, y a partir de ahí, esperar ...

Al poco rato sonó el timbre inconfundible de su móvil, el timbre que solo ÉL tiene cuando llama, no hace falta mirar quien es, solo el sonido basta ...


Una voz cálida y alegre es lo que escucha, casi ni lo cree, no lo esperaba . 

-Estoy tomando café en el sito de siempre ¿vienes?

-Voy de camino. 

El regalo que ella esperaba no llevaba envoltorio  ni un lazo rojo, ni un bonito papel, el regalo era solo su presencia una vez más.

Cuando apareció él, las malditas mariposas del estómago, esas de las que tanto hablan se volvieron locas; "malditas sean"; decía ella, todavía cuando le ve no lo puede evitar ... 

Una charla amigable, un "te puedes quedar", o más bien, "quiero que te quedes", fue suficiente para saber  que aquello jamás tendría fin aún sabiendo que no continuaría . 

Y la luna llena invadió el lugar, una ranchera de fondo, la brisa del mar, un gin-tonic, un beso y ella quiso la eternidad del momento. 
En la despedida miles de preguntas , preguntas que no era capaz de formular, respuestas que nunca tendrá. Ella ya las sabe, las sabe todas, su mente procesa pero su corazón se resiste. 

Siempre habrá momentos que si pudieras recuperarlos, no dejarías que terminaran nunca...




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  Pandemia. Hoy he recordado que tenía un blog ¡Vaya! Con las satisfacciones que me dio en su tiempo y he llegado a olvidarlo algunas veces....