Era demasiado temprano para despertar en un día de vacaciones,
y además en un día especial, especial por varias cosas intimas de ella, hacía un
año ese mismo día despertaba en otro lugar muy lejos de donde ahora estaba y no
precisamente sola.
Despertar a las seis de la mañana cuando estaba con él era la hora habitual,
ella al día de hoy sigue despertando a la misma hora, e inconscientemente mira
a su lado, pero… siempre está vacio.
Se ha dado cuenta que ha tomado hábitos diferentes desde que
le conoció. Despierta y hace lo mismo que él hacía...
Pone las noticias de televisión. Mientras, se asoma a la ventana para ver el
día que amanece, hay días de lluvia húmedos, otros de bochorno insoportable y...otros con un sol que comienza a desperezarse de manera brillante e isultantemente bello...
-Es la época del cambio de tiempo, piensa-
Abre el grifo de la ducha hasta que el agua sale a la
temperatura que a ella le gusta, se quita lo poco lleva puesto y deja que resbale
el agua por su piel...agradece el calor del agua y el fresco perfume del jabón,
a veces le resbala una lagrima que se camufla con el agua de la ducha.
Pero se pone firme y piensa que las cosas deben ir cambiando.
Toma su toalla y la enrolla en su cuerpo y con otra hace lo mismo con su pelo.
Mirada al espejo y… -Que guapa te has levantado hoy- (Cómo él
le diría cuando la miraba mientras ella se arreglaba en el baño)
Mientras la toalla absorbe el agua del cuerpo, hace la cama, y
prepara la ropa del día. Nada le entusiasma últimamente, no se ve bien, pero escoge
lo más cómodo y fresco…
-Se dice a si misma; -total no tengo que ir
a trabajar y para que me vea el del pan y yo misma, qué más da-
Va a la cocina a preparar el desayuno, antes desayunaba en la
misma cocina, ahora no… ahora,cuando va a trabajar prefiere levantarse un poco
antes y sentarse en la mesa viendo un rato las noticias (otro cambio de hábito)
Como son vacaciones, le da tiempo a encender el ordenador,
echar un vistazo al periódico digital y ver cómo van las cosas por ahí. Mira su
correo como cada mañana, y como cada mañana tiene el correo de su “medicina del
alma”. Ese correo que unos días le levanta el ánimo, y otros la hace llorar
hasta vaciarse de lagrimas .Todo depende como tenga ese día el cuerpo, está en
una época vulnerable con las hormonas.
Estos días de relax le vienen bien, pero es imposible mirar el
calendario sin recordar las fechas que son, no deja de pensar en el año pasado…
además se acerca inexorablemente el día que lo conoció hace tres años.
Acaban las noticias y se dispone a poner una música suave para
no despertar a nadie, su hija duerme, y supone que los vecinos también.
Se dispone a ordenar la casa, en estos días hace lo que no
puede hacer cuando son laborables y ni tiene apenas tiempo de organizar el mínimo
desorden que pueda haber.
Sobre las nueve o diez de la mañana, sale a dar un paseo,
necesita ver gente, pasear, hacer lo que sea de manera que los recuerdos no la martiricen. Unas
compras tontas un día, otros se va a la playa y otros a casa de su amiga para
relajarse en la piscina y tomar el sol.
Los menos es ir de visita a casa de sus padres, aunque les ve a
diario.
Hoy por ser un día señalado en la familia, ha disfrutado del
sol y la piscina con ellos.
No esperaba que su madre se acordase donde estaba
el año pasado cuando le ha dicho…
-El año pasado estabas mucho mejor, ¿Verdad?-
-Pues sí mamá, pero las cosas cambian de un día para otro, también
estábamos peor hace dos años cuando papá y tú estabais tan malitos-
-¿Todavía le quieres verdad?-
No esperaba esa pregunta de su madre, ella estaba en el jardín fumando un cigarrillo y mirando como su perro jugaba incasable con una pelota
que recogía una y otra vez…
-Si mamá, todavía le quiero, pero quiero olvidar y... no sé cómo
hacerlo-
-Mi niña, solo quiero que seas feliz, acostúmbrate a estar sola,
aunque sola nunca estarás mientras nosotros estemos aquí -
Agradeció esas palabras de consuelo …
Hoy era un día para qué por lo menos la llamase por cortesía,
pero… el teléfono nunca sonó...ha enmudecido su sonido .
Cree que ya, ni siquiera la amistad que quedaba entre ellos,
habita en la memoria de quien tanto quiere…
Una decepción como otra cualquiera, de todos los días que han
pasado desde la última vez que le vio.
Para ella, el lunes ya comienza la rutina laboral y su cabeza no
pensará nada más que en poner orden en el caos que se va a encontrar después del
periodo vacacional.
Y a pesar de su indeferencia, tan sólo por lo que le queda de él, seguirá recordándole cada día que amanezca...
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