viernes, 16 de agosto de 2013

Mi amanecer

Me levanté muy temprano, tanto, que todavía era de noche, y no lo pensé dos veces … me fui a ver amanecer en el mar . 
Ese mar que echo de menos en estos días estivales ya que no suelo ir porque está atestado de gente. Es normal, no lo reprocho, le gente del interior cuando tiene vacaciones es lo que suele hacer, ir a la costa.

Yo lo haré también , me voy de vacaciones y aunque el mar lo tengo muy cerca , necesito tenerlo más cerca todavía … solo un par de días , tan solo para despertar abrir el balcón, y encontrar lo que hoy he visto … un sol radiante , atrevido y espléndido que sale sin pedir permiso … 

Siempre por el mismo lugar … por Levante .

Si me dieran a elegir no sé con qué me quedaría, si con el amanecer o con el ocaso. 

Cualquier momento me vale siempre y cuando sea cerca de un rio o del mar. Necesito agua cerca, el sonido de las olas o de un arroyo me hace estremecer. Tuve la gran suerte  de ver amanecer en el Duero… El sol entre el verde de las montañas reflejándose en el rio… no tiene precio. Nada puede pagar esa belleza.

Para mí el agua es el sonido de la vida, y el sol la luz que la alumbra. ¿Saben que sensación se tiene cuando ves que la naturaleza, pase lo que pase, sigue su curso sin que nada la altere?...
La envidio, envidio ese poder de hacer lo que debe o lo que quiere a pesar de todo. A pesar de que el hombre a veces se empeña en destruirla, a pesar de todo lo que ocurra, malo o bueno en la vida, siempre amanece, o anochece. Estemos aquí o no, eso no cambiará jamás.

El momento no ha tenido desperdicio, yo quería ser ese sol fuerte, seguro de si mismo, altivo, y brillando con luz propia, sin alterarse, paso a paso lentamente ganando distancia… 
-Cuando muera que tiren mis cenizas en el mar al amanecer, por favor-

Cuando ya le he visto despegar del filo del horizonte que raya el mar con el círculo rojo que forma… me he dispuesto a dar un paseo por la arena con las olas refrescando mis pasos. 

En ese paseo no necesito música que solape el sonido de la belleza, el sonido del silencio del agua. Hoy el mar era un plato liso, brillante y cristalino. Parecía que supiese que yo estaba allí y que lo último que necesitaba era la estridencia del golpear de las olas… 

Hoy todo era calmo, tranquilo, incluso las máquinas de limpieza llegaron tarde.
Me ha dado tiempo a la reflexión, reflexión que necesito para estar en paz conmigo misma sin tener que perdonarme por nada ya que nada me tengo que perdonar. Muchas veces me empeño en creerme la culpable de lo que me pasa, creo que solo lo hago para encontrar las respuestas a tantas preguntas. 

Pero cuando me alejo del entorno, cierro los ojos y miro en mi interior… lo único que veo es una mujer que lo ha dado todo por casi nada. ¿Acaso eso es pecado? Creo que no, creo que no debo martirizarme por ello, ni culparme. Cuando se da algo y es de corazón, sin reservas, sin contratos, sin condiciones, se da sin más, sin esperar nada a cambio.

Cuando regresaba todavía se reflejaba el sol en el retrovisor de mi coche .Me he dispuesto a dejar caer el agua por el cuerpo y deshacerme de la arena. 
Después ,por primera vez en mucho tiempo me he visto en el espejo ,ustedes dirán; ¿no te ves todos los días? Pues no, tan solo veía el reflejo de alguien quien no se quiere a sí misma. Pero hoy me he visto, he visto no solo la fachada de la casa, sino el interior… eso es lo que cuenta. Y por una vez me he sentido orgullosa de ser como soy...

Hoy me he visto amanecer, hoy he visto que puedo ser cómo el sol, hoy sé que soy capaz de deslumbrar con tan solo ser yo. No hace falta artificio ninguno, no hace falta que rebose la vanidad ni el ego… ¡eso lo detesto!  Solo yo, sin más, puedo ser el agua del mar, y la luz de Levante por el que cada día amanece...



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