Te quise regalar un mañana. Un mañana de esos que nunca acaban, y en los que nunca se pone el sol, un mañana para compartirlo los dos. Debería haberlo envuelto hoy y colocarlo bajo el árbol para que se confundiera con los regalos que tan generosamente Santa Claus te traerá mañana de madrugada.
Pero no lo he hecho, porque entonces te hubiera regalado un mañana navideño, y aunque no puedo negar que hay algo en las luces y la decoración multicolor que me cautiva, no quiero que guardes por siempre un mañana tan corto. Por eso te he regalado algo que no se ve,tan sólo se siente. Porque aún no han comenzado las fiestas, ni el olor a dulces, ni las comidas navideñas. Ni se ha instalado el color rosa del vino tinto en tus mejillas, y no has tropezado con las envolturas ya vacías que enmascaran los presentes que serán pasado.
Pero no lo he hecho, porque entonces te hubiera regalado un mañana navideño, y aunque no puedo negar que hay algo en las luces y la decoración multicolor que me cautiva, no quiero que guardes por siempre un mañana tan corto. Por eso te he regalado algo que no se ve,tan sólo se siente. Porque aún no han comenzado las fiestas, ni el olor a dulces, ni las comidas navideñas. Ni se ha instalado el color rosa del vino tinto en tus mejillas, y no has tropezado con las envolturas ya vacías que enmascaran los presentes que serán pasado.
Y porque todavía no he logrado encontrar el mañana que quiero regalarte, y no lo encontraré nunca…simplemente porque tú no quieres un mañana a mi lado.
Quizás por eso también, adelanté la aventura de tan inusual entrega.
No quería regalarte un mañana cualquiera. Ya tenemos suficiente con un día a día regular para resignarnos a un mañana común y corriente. Y sí, quiero luces y quiero colores en el mañana que deseaba para ti, pero los quería del tipo que trae el amor y el sentimiento.
Quizás por eso también, adelanté la aventura de tan inusual entrega.
No quería regalarte un mañana cualquiera. Ya tenemos suficiente con un día a día regular para resignarnos a un mañana común y corriente. Y sí, quiero luces y quiero colores en el mañana que deseaba para ti, pero los quería del tipo que trae el amor y el sentimiento.
Pero presiento que el mañana añorado no llegará nunca. El qué quería regalarte desde hace tiempo y no he conseguido, no se vende en ningún sitio. Y aunque cada día reviso las ofertas que me llegan a mi buzón de correo postal y las que llegan a mi email que me abarrotan (venden algunos a muy buen precio) el que tú deseas nunca estará a la venta. Y eso que el precio no me importa, porque cuando se compra un mañana, no hay precio ni dinero suficiente para pagar un mañana cómo que el que deseas...
Por eso me adelanto a regalarte aquello que más anhelas, no te regalo sólo un mañana, sino miles de mañanas en tu soledad deseada, sin que nada ni nadie te presione, o ponga condiciones, te regalo tus mañanas auto suficientes, te regalo todo aquello que te haga sentir cómodo, te regalo mi silencio si así deseas, porque así me lo has pedido, sin pedirlo tan siquiera… solo me ha bastado ver, que ya no hay brillo en tu mirada cuando me miras, y ni mis caricias , ni mis palabras, te ha hecho ver más allá de tus mañanas...
No, no volveré a hacerte sentir incómodo una vez más. Nuestra amistad estará siempre por encima de cualquier mañana que te quiera regalar. Porque yo solo deseo verte feliz, y de verte feliz viviré pagando los mañanas regalados que jamás estuvieron envueltos debajo del árbol…
No me di cuenta de que el regalo que quería para ti, era el que yo necesitaba para mí…
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