miércoles, 1 de enero de 2014

Los riesgos del amor...

Amor y desamor siempre van unidos, desgraciadamente. 
La vida suele describirse  entre términos antagónicos pero a la vez  complementarios; el bien y el mal, la belleza y la fealdad, la inteligencia y la torpeza, la tristeza y la alegría… y así un millón de cosas de más que nos define el caminar por este camino paralelo en el cual las líneas al final de juntan sin querer…

El amor, uno de los motores de la vida, no podía ser distinto. Ha de existir necesariamente su antónimo, el desamor.
El otro día vi en un artículo de prensa una frase que me encantó y que me parece de lo más acertada...

“El desamor es aquello que no han palpado los que aun no tienen edad para amar o los que la tienen pero no se han lanzado nunca al vacío”.

La frase parece un poco pesimista, de hecho lo es, pero deja entrever que cuando se ama ese amor  tiene fecha de caducidad casi obligatoriamente. 

Sin llegar a ese punto (el de haber sufrido un desamor) no tendremos la suficiente madurez para “estar a la altura” cuando el amor verdadero nos llame a la puerta (normalmente en el momento más inapropiado).

En la vida muchas personas pasarán delante de nosotros. Unas sin pena sin gloria, otras dejarán una huella impresa en nosotros, negativa o positiva y tal vez alguien esté siempre con nosotros (o por largo tiempo). Me resisto a pensar que esto no exista aunque en los tiempos que corren es muy difícil.

Cuando una persona deja de querer a la otra se puede producir (y normalmente se produce) una especie de estado de dependencia. 

Y como cualquier dependencia que se precie (drogas, alcohol, sexo), salir es difícil porque cuando lo dejamos sufrimos el síndrome de abstinencia, la cual ha de ser vencida. 

Si no lo hacemos, nunca podremos dar el paso hacia una vida mejor.  A veces se da el caso de parejas que vuelven una y otra vez ya que no consiguen despegarse la una de la otra, aunque su influencia mutua, sea una contraindicación, y los efectos secundarios sean severos. 

Quererse nunca debe ser una obligación, se debe ser feliz estando enamorado. Y hay personas que por más que se quieran querer nunca podrán estar juntas porque simplemente no se llevan bien o porque no existe química entre ellas.

Aunque es mucho peor, tenerlo todo y que uno de los dos se impida querer al otro como un auto castigo ficticio que ni el mismo sabe de dónde sale ni por donde viene.

El amor es necesario en la vida, pero sin imposiciones, simplemente te tiene que apetecer y se han de dar las condiciones adecuadas para ello.

Las mismas dos personas conociéndose con unos años de diferencia pueden tener una bonita historia de amor o no. El amor no se produce entre personas únicamente, sino que también forman un papel vital las circunstancias actuales de cada uno y su madurez. El binomio persona/tiempo tendría que conjugarse perfectamente para poder llegar a una situación favorable para que se dé el amor entre ellas.

Por eso para amar, has de saber que puede acabar. Para vivir has de saber que puedes perder y no hay que tener miedo a ello.

La vida está hecha para los ganadores, y estos son los que mueven ficha aunque se equivoquen o aunque puedan perder y creen que vale la pena arriesgarse por lo que quieren, por lo que aman.

Y como de decía Benedetti;

Resumiendo, no somos los que somos, ni menos los que fuimos, tenemos un desorden en el alma, pero vale la pena sostenerla con las manos con  los ojos y  la memoria...


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Bienvenidos a Rincón de Silencios.
Es solo eso, Mi Blog. Te agradezco tus comentarios.

  Pandemia. Hoy he recordado que tenía un blog ¡Vaya! Con las satisfacciones que me dio en su tiempo y he llegado a olvidarlo algunas veces....