viernes, 3 de enero de 2014

Aquí y allá...

Has tenido una vida tan ocupada que te has despistado en los cruces de caminos, has pasado tan rápido por ella, que no has disfrutado de lo pequeños momentos, ni de esas pequeñas cosas que hacen sentirnos vivos. Has caminado deprisa, y las prisas no traen nada bueno.


Te has pasado la vida queriendo, queriendo amigos, queriendo amores, queriendo familia, queriendo amar, queriendo que te amen, queriendo estudiar, queriendo ser, queriendo estar, queriendo querer…
Y tú no te dejaste querer…

Se te ha pasado la vida en un suspiro, y apenas te quedó aire que respirar...fuiste a bocanadas como pez que se ahoga en el agua, y además no tenías fuerzas para nadar, no podías más, te ahogaste viendo la orilla que nunca pudiste alcanzar.
Y ahora; ¿Qué más necesitas para ver que a donde vas no hay señales que te indiquen que lo que buscas no lo vas encontrar?...


No insistas, no  pidas más, la vida ya te dio la oportunidad, la tomaste y la desperdiciaste una vez más.


Te dije; Párate a mirar durante un momento, mira a tu alrededor, lo que ves es lo que hay, no esperes un milagro, nunca creíste en ellos, ahora no invoques por defecto, ahora no llores los errores, ahora asume lo que has hecho…

Amiga; la vida no era un cuento donde puedes ser todos los personajes, la vida es la más cruel realidad con la que un día te encontraste. O eres tú, o no eres nadie…


Vale, lo sé…Siempre fui un alma intranquila. Te agradezco enormemente el detalle de decirme lo que piensas, podría decir, que te estaré eternamente agradecida, literalmente.

Ahora, a un par de metros bajo tierra, además de alma intranquila la tengo a la pobre soberanamente aburrida. Pero gracias por el detalle de enterrarme con mi pluma y un cuaderno. Aunque siempre os dije que quería ser incinerada, y ni caso …

Sé que para ti  ha sido un gesto simbólico como homenaje a mi  amor por las palabras en vida, pero para mi espíritu será todo un desahogo el poder plasmar mis inquietudes en estas páginas durante la eternidad que me queda por delante.


Ahora que llevo aquí cierto tiempo, me doy cuenta de lo tonto que es pensar en la muerte mientras estamos con vida; tantos infiernos, tantos paraísos, tantas reencarnaciones místicas y al final resulta que uno no va a parar a ningún sitio y le toca quedarse aquí, tumbada y sin hacer nada hasta a saber cuándo.

La verdad es que a veces lo pienso y me río sola, como alguien se entere de lo que en realidad sucede al morir  se puede montar una bien gorda allá afuera, mal negocio para algunos que viven de esto de educar almas para el momento crucial desde tiempos inmemorables, pero un gran negocio para otros, como por ejemplo, los constructores, que se forrarían seguro construyendo nichos de noventa metros cuadrados con todo tipo de comodidades. 

Claro que este simple hecho cambiaría totalmente el rumbo de la humanidad y convertiría a todo el mundo en avariciosos intratables. Todos acumulando lo más posible en vida para pasar lo más cómodamente su eternidad. Aquí supongo que lo expoliadores de tumbas harían su agosto y cambiarían las típicas joyas por iphones y televisiones de plasma. 


Dicho de paso, no imaginéis que aquí se continúa usando el cuerpo a placer, imagino que si ahora abrierais la tapa, solo encontraríais un fiambre medio descompuesto, pero mi percepción es diferente, yo continúo viendo mi cuerpo en perfecto estado y comienzo a dominar la técnica del movimiento, que es a modo de títere, como si mentalmente moviese unos hilos invisibles atados a mis articulaciones. Por el momento solo consigo mover la mano con la que escribo estas líneas, pero estoy contenta con mis progresos y me ilusiona pensar que quizá en poco tiempo consiga más movilidad .

No quiero aburrir con todas estas tonterías mías, solo es que llevaba tanto tiempo sin escribir que tenía muchas cosas que contar, aunque en realidad solo quería escribir un poema, cómo tengo tantísimo tiempo para pensar  he decidido escribir un pequeño libro de poemas perfectos. 

Y digo perfectos porque me tomaré mi tiempo para crearlos, los imaginaré en mi mente y les daré forma poco a poco, los puliré y les sacaré brillo y no los escribiré hasta que tenga la certeza de que son totalmente redondos, sin lugar a réplicas de ningún tipo. 

Quizás tarde un año en escribir cada poema, pero creo que el tiempo ni importa demasiado en este lugar y será un buen entretenimiento el parir estas pequeñas maravillas. 

Al principio pensé en escribir un diario, pero claro, es obvio que deseché la idea por el anecdotario tan reducido que me ofrece este lugar. Mucho mejor los poemas, porque sé que por muchos años que pase aquí abajo, la inspiración que me ofreciste en vida no desaparecerá jamás.

Comienzo entonces mi primer poema, tan solo tengo la primera frase pero quizás para la próxima primavera lo tenga ya terminado:

“Casi 299 días muerta… y no dejo de pensar en ti.”




Nota; (A la atención del Sr. Sepulturero)

Sé que aunque la muerte sea algo eterno, los nichos no lo son y que probablemente dentro de unas décadas acaben por sacarme de aquí para llevarme a algún lugar menos privado. No es que me moleste esto ni tenga nada en contra si no todo lo contrario, no me vendrá nada mal conocer gente nueva. Simplemente le quería decir, Sr. Sepulturero, que no se asombre usted por este cuaderno que ha encontrado entre las costillas de este viejo esqueleto y no haga mucho caso de lo que en él ha leído, es posible que lo que a mí me sucede no sea común y que mi caso tan solo sea un olvido en un simple archivo traspapelado en las oficinas en las que reparten los destinos al morir. Solo quería pedirle, si no es molestia y si es usted tan amable, que me regale un nuevo cuaderno para poder continuar con mis poemas, porque estoy segura de que cuando usted traslade mis olvidados  huesos, todavía me quedarán miles de versos para él…

Porque certifico lo que alguien dijo una vez…que el amor de verdad es eterno.



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