Los años perdidos...

Así como decía la canción…No resulta fácil olvidarlo todo y empezar de nuevo, no resulta fácil cuando se ha querido,encontrar lo que se ha perdido…

No, no resulta fácil, encontrar un beso nuevo, un abrazo como que el que  se ha tenido, no es fácil remontar el vuelo ante un abismo desconocido.

Tener que empezar de nuevo demasiadas veces, no es fácil, quizá sea lo más costoso que se tiene que hacer en la vida, pero se consigue.

Olvidar es imposible, siempre recordarás lo vivido, lo sentido, pero llega el momento en el cual debes dejar atrás esa etapa de una vida que no te da absolutamente nada, esa etapa que ya está manida y gastada.

Me prometí a mí misma que este año no sería de puro tránsito, este año  debe marcar en mi vida otros momentos , otros días diferentes, otros sueños, porque por mucho que me empeñe en recuperar lo perdido, ya no tiene sentido. Aquello que fue, no volverá a ser nunca más…

Organizando cajones y estanterías llenas de libros, encontré un diario. 

Me dispuse a releer todo lo que había escrito y me he dado cuenta del tiempo que llevo siendo otra persona, del tiempo que llevo luchando, amando, y muriendo poco a poco. Creo que es hora de abrir la caja de Pandora y sacar lo que hay dentro.

Me he pasado la vida luchando por los ideales de los demás, resolviendo los problemas de los demás, me dejé llevar por el ritmo de los demás… dejé mi vida y mis sentimientos a parte de los demás, arrinconé mis lagrimas y las plasmé en un papel para que nadie me viese llorar. Lloré en soledad, y fingí reír ante quien me veía caminar.

Me he pasado casi media vida viviendo por y para los demás. Y los demás siguen su vida sin darse cuenta que media vida de la que viven es parte de la mía.

Sé que no voy a recuperar nada de lo dado, lo di y allí queda, nunca esperé nada a cambio. Pero ahora necesito respirar sonriendo, necesito salir y ver lo que me he perdido de la vida y disfrutarlo como cuando era niña, necesito sentir, necesito que alguien tenga miedo de perderme a mí y no tener miedo yo de perder a alguien.

No quiero perder la esperanza de conseguir lo que anhelo, no quiero perder la ilusión por la vida, no quiero ser una sombra que vaga por las esquinas buscando alguien que la abrace cuando lo necesita.

No voy a mendigar amor, ni cariño, no pienso suplicar un abrazo o un guiño, o tal vez una sonrisa.

Ya sé que no es fácil, pero tengo que encontrar la forma y manera de hacerlo sencillo, sin tragedias, y a mi ritmo. Todavía no sé cómo, pero creo que un poco de esfuerzo lo lograré.

Demasiados años perdidos, años que no voy recuperar, años que son como los trenes que se pierden en un andén, años vividos pero sin disfrutar y sin apenas gastar. Como ese vestido que está colgado en un armario y no lo quieres tirar, aunque  sabes que ya no vas a usarlo más, se pasó su tiempo y allí quedará, lo dejarás para recordar el día que lo estrenaste y poco más…

Así qué... cuando las historias y los años se convierten en leyendas, se marchitan los recuerdos y sin ellos, una tenue luz termina por consumirse en lo más profundo del alma.

Mientras tanto, el tiempo pasa deshaciendo pasatiempos, intentando volver atrás, dejando lejos en la linde de la memoria rincones sombríos de oscuras habitaciones.

Y en casas vacías que fueron hogares, quedan en cajones rotos, carcomidos por el olvido, diarios amarillentos y motas de polvo que cubren los años perdidos...