Entré en mi habitación, mi cuarto está tan lleno de mi… de mi aroma, de mis recuerdos, de mis vivencias. Me quedé tumbada sobre la cama, con los ojos semi-cerrados. Durante unos minutos me dormí… Me despierta un sonido agudo de no sé qué...
Me levanté despacio y noté el tacto frío del suelo de madera sobre mis pies descalzos, me estremecí, avancé hasta la puerta con aquella sensación. Sensación que creía olvidada.
Me crucé con el espejo y me quedé frente a él, me mostró una mujer dulce y a la vez desconocida, apasionada, sensual, con el pelo ligeramente revuelto, y una camiseta apenas translúcida. El rostro sereno, que suele tenerse después de un apacible sueño y mi cuerpo, el cuerpo de aquel reflejo vivaz me atrajo, me sentí engañada por su espejismo y pasé mi mano por mi piel. Aquella imagen mía frente aquel espejo, mi hizo inconscientemente sonrojarme, encendiendo mis mejillas.
Sentí angustia de que no hubiera nadie que llegara por detrás y me sorprendiera por la espalda, que agarrara mi cintura y me tumbara en ese suelo, angustia de sentirme prisionera de mi propia soledad.
La soledad se hace dueña de mí noche tras noche, sin embargo, anoche, no estuve sola. A más de 1.000 Km. había alguien en la misma soledad conmigo. Esa noche fue tejiendo sobre mí millones de sensaciones que tenía olvidadas y ellas me envolvieron poco a poco.
Y poco a poco me fui durmiendo de nuevo…
Suena el timbre de mi puerta, al abrirla me cruzo con su mirada. No dice nada porque no es necesario, me gusta el silencio que nos hace cómplices, me gustó su aturdimiento, fue arrastrado allí por mis sueños, tanto lo pensé, que sin él saberlo le marqué el camino hacia mi cuarto, mi refugio sagrado.
Me giro y avanzo hacia la botella de vino, el me sigue de cerca, le lleno la copa y se la acerco, el contacto con su piel me eriza, su mirada callada es sensualidad de hombre resuelta.
Deja la copa cerca de mí, tocando mi espalda, notando el calor de su pecho, me hace volar, sus manos me acarician cual enredadera, agarrándose a mi cada vez con más fuerza fundiéndonos en un solo cuerpo, envolviéndonos en una ceremonia, le engaño haciéndole creer que el lleva las riendas, me tumba en la mesa, me besa con pasión, con la pasión de un principiante, del que besa por primera vez, de la inocencia más candorosa. Juego con sus labios y el juega conmigo.
Comienza un baile entre los dos, su respiración acelerada hace ritmo con mi cuerpo, bailamos juntos por segundos, minutos y horas, sin dejar de saborearnos, sin dejar un centímetro de piel desabrigada.
Le tejo, lo trenzo, lo engaño con mis piernas, lo envuelvo y le marco el ritmo de aquella danza, lo embrujo con mi mirada y lo devoro lentamente, poco a poco lo ciño a mi cintura, lo acorralo entre mis piernas, lo encierro y mientras, él se deja enredar. Desciendo en mi camino mientras le voy rozando con mi pelo, el se regocija y lo miro, hablándole, susurrándole con la mirada.
Pasa sus manos por mi pelo, lo agarra con fuerza, sabía que tenía que hacer a cada momento, miraba sus ojos fuera de si y eso me enloquecía, mi lengua se hizo una prolongación de su cuerpo, y lo vestí de saliva…
El baile termina con su cuerpo sobre el mío y por primera vez me fijo en su pelo negro, fino y suave, enmarañado, juego con el, mientras el hombre-niño descansa oculto en mi pecho.
Me despierto… sudando y recordando cada minuto pasado.
Solo es eso, solo fue un pasado que ha venido a recordarme lo pudo haber sido y no fue…
Uffff!!! Que calores!! Realidad ó ficción???.... Pasado ó presente...¿QUIZAS UN FUTURO,INTERESANTE??Eres unica,¡PENÉLOPEE!! Un beso y....
ResponderEliminarCincuenta Sombras de....Penélope,porsupuesto!! MARAVILLOSISIMA,
EliminarNi ficción ni realidad , ni presente ni futuro , ¿pasado? tal vez... lo dejamos a la imaginación de cada cual . ¿Cincuenta sombras? ...¡Ya quisiera "Anastasia"! ... Lo suyo si es ficción.
EliminarGracias por vuestros comentarios. Un abrazo .