martes, 17 de diciembre de 2013

La rutina del día día

Desde que esta sola, cada día se levanta sobre las seis y media de la mañana, algunos días, se hace un poco más tarde, pone la alarma unos minutos antes para poder darse esa vueltecita de más entre las sabanas. En invierno la pereza le invade,  salir del calorcito que la abriga y la arropa suele ser difícil.


Al segundo toque de móvil, salta como un resorte de la cama, y si no lo hace sin pensar, no se levanta…

Una ducha caliente, lo mas caliente posible. Cuerpo húmedo mezclado con agua y aceites esenciales que perfuman la casa a primeras horas de la mañana, le gusta ese olor de talco de su perfume, que mezclado con el perfume innato de su piel le da una personalidad especial… y ella lo sabe.

Desayuna zumo y tostadas, lee la prensa en el PC , y aunque no debiera , se fuma un cigarrillo después del café .

Ropa preparada, hace frío estos días, busca un gorro de lana, bufanda a juego y botas altas. Después un poco de rubor en las mejillas, rimel para acentuar su mirada y a la calle con la sonrisa como complemento perfecto para que sea un buen día.

Entra a la oficina, dejando como siempre esa estela de perfume de talco que a veces se mezcla con el aroma del café que toma al llegar. Ya es el segundo del día. Pero mientras prepara sus papeles y enciende motores, toma ese cortado con la tranquilidad de la primera hora de la mañana, esa tranquilidad que deja de ser tal,  a partir de las diez…   

Revisa sus correos, contesta a todos ellos, tanto personales como de trabajo.
¡Cómo echa de menos tener unos buenos días risueños!… pero sabe que tiene que ir haciéndose a la idea de que ya casi hace un año que anda sola…


Está más que acostumbrada a su soledad, no hay tristeza, ni tragedia, las cosas suceden sin mayores agobios, no busca a la pareja perfecta, ni nadie que sustituya a nadie, se basta SOLA. 

Pero, sería del género tonto no sentir nostalgia en estas fechas que se avecinan, y aunque no le gustan, quiere que un año… solo un año, poder disfrutar de nuevo la Navidad en compañía.


Ella sabe perfectamente  lo que le haría ser la mujer más feliz del mundo en esas fechas.
Pero no lo dice, no lo dirá jamás… Es su secreto y su sueño, sabe que ni los sueños, ni los secretos, se deben contar…

Comienzan los mensajitos navideños, las postales, las llamadas de esos que solo se acuerdan de ella en esas fechas como obligado cumplimiento. Pero ella es cortés y educada y como tal,devuelve el mensaje con agradecimiento.

Siguen apareciendo de vez en cuando los papelitos en su  coche de aquel admirador desconocido, no consigue pillarle, pero más o menos sabe de quien se trata… Es divertido el juego y prefiere hacer cómo que no sabe quien es…


Termina el día, hoy no ha tenido sobresaltos, ni buenos ni malos, todo según el plan establecido. Sube al coche, y emprende camino a tomar esa cervecita de la semana con las amigas, sus amigas…

Cuando llega a casa, le espera el abrazo y el beso de su hija, la mira, y no se sabe sola, hay alguien  que siempre estará ahí, y cuando ella desparezca de este mundo, quedará algo que sabe que hizo bien… quizá lo mejor que haya hecho en su vida. Dar otra vida.

No hay lugar para la queja, ya no hay sitio para la tristeza, son nuevos tiempos, tiempos de cambios para ella y para todo aquello que la rodea. 

Es la hora, es el día, es el año nuevo que traerá lo quiera traer… y lo aceptara con mas coraje o con mas dulzura, será simplemente lo que tenga que ser…





Henry Ford dijo; Tanto si crees que puedes como si no puedes, en los dos casos tienes razón.


2 comentarios:

  1. Ella tiene un tesoro inmenso... Ella misma ¿Me permite?

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  2. Estoy,deacuerdo con usted...Si me permite??el Tesoro es ella misma,y en cada relato,nos vá dejándo parte de su fortuna,que para personas como la que suscribe...le es tan necesaria.Gracias,Penélope,por estar... AHÍ!!! Un beso y...

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  Pandemia. Hoy he recordado que tenía un blog ¡Vaya! Con las satisfacciones que me dio en su tiempo y he llegado a olvidarlo algunas veces....