Sigo aquí, soy la misma, aunque diferente. Voy cambiando poco a poco, mi yo egoísta empieza hacerse presente. Ya no doy sin recibir, tal vez porque ya no me queda nada que dar, todo lo di, en aquel lugar y en aquellos brazos debe estar la mayor parte de mí.
Otra vez a la espera de... ¡no lo sé! Sigo sin tener respuestas a un millón de preguntas.
Dicen que el amor es así…
Rayos que nunca cayeron, relámpagos sin truenos…
Me dijeron que el amor era repentino y yo creí en el amor. Tan repentino que se esfuma sin apenas darme cuenta. Tenaz, volví a apostar por él, resultando de nuevo otra ilusión rota.
Las ilusiones rotas son ciegos que nunca vieron, casi con un bastón debajo del brazo, chocando con todo, y trato de aprender y evitar seguir chocando.
Mariposas que nunca volaron. Mares sin olas, cenizas que ahogan… palabras que quise decir pero nunca pude inventar. Destruí lo construido al ilusionarme un poco más. Se hunden los cimientos de los sueños en arenas movedizas imposibles de parar. Vuelan de un hachazo una parte del alma, alimentando a las fieras que esperan verme tropezar. Y yo inevitablemente le doy el gusto.
Soy así, por más que me digan, por más que mire, no veo más allá de lo que no realmente no quiero ver.
El amor me hace temblar, me hiela las palabras, el amor me traiciona cuando menos lo espero, el amor que yo vivo es, dar sin esperar nada…
Me quedé esperando, esperando sin espera… lo que un día fue, quiso volver de visita, y pasar como las golondrinas que emigran cuando el frío se hace presente.
Y por los rincones de mi cerebro, acurrucada y desnuda, duerme mi fantasía, esperando en silencio que las caricias se vistan de la palabra para que pueda presentarse decente en la escena del mundo.
Aspiración tímida y humilde, pero reducida a mi insignificante existencia. Me conformaría con que ese alguien me provoque una leve sonrisa.
Entre el mundo real y la fantasía existe un abismo que sólo puede salvar la palabra.
Hoy mi apego a la soledad no quiere decir nada. Me gusta querer y que me quieran. Me gusta amar y que me amen.
Es solamente que estoy cansanda de querer sin ser querida. Me cansan las excusas y las medias tintas. Me cansan los "ahora no" y me agota la distancia y la lejanía aún en la cercanía.
Me mató que me ocultaran o se avergonzaran de mí. Yo jamás lo hice, pues me entregué por completo.
Y opté por cerrar el candado para siempre. Aunque siempre, sea demasiado tiempo, pero cerrado quedó. Aunque la llave no la tengo yo…y él lo sabe.
Eso no significa que no me enamore. Lo hago a diario, constantemente. Me enamoro de un padre que enseña a su hijo los misterios de la vida. Me enamoro al abrir una ventana y recibir el saludo del nuevo día.
Me enamoro cuando hablo con aquellos a los que quiero.
Me enamora una caricia y me seduce un beso.
Pero nadie abre el cierre y nada puede arreglar lo que ya está roto. A mí, se me pasó el arroz. Para mí ya es tarde.
Quizás en estos tiempos se estén dando cita demasiadas circunstancias, se están concatenando demasiadas casualidades en las que nunca he creído. Quizás todo son pistas que llevan a un único camino polvoriento y de un solo sentido. O no, todas las posibilidades quedan abiertas.
Voy a hacer cosas que debo y a dar pasos que no puedo evitar.Habrá tiempo para las despedidas, o no.
Y será necesario un tiempo de lucha. Un tiempo de esfuerzo.
No me estoy liberando de nada, sencillamente quiero dejarlo todo previsto, como ya lo tengo desde hace mucho tiempo. No hay ninguna tragedia en ser previsora.
La esperanza no ha descarrilado en su camino, es momento de desterrar congojas y zozobras. Es momento de aparcar lágrimas y dolor.
Es momento de espera y toda previsión que haga está encaminada al fracaso, porque aún no hay nada escrito. Hay un libro virgen, con todas sus lágrimas en blanco en cuyas páginas aún caben muchas anécdotas, aventuras y vivencias.
Momentos de esperanza!!como mé gustaría poder decirlo,pero la perdí por el camino,y no hay ni un ápice de que la encuentre,no tengo fuerzas de buscar más...quizás algún día ella me pueda encontrar y poder abandonar esta vida de lagrimas y dolor, mi querida Penélope... si me permite...luche por sus sueños.Un beso y..
ResponderEliminarPues como se dice por ahí , la ESPERANZA es lo último que se pierde.No dude usted que yo lucho por sueños, unos días con más fuerza que otros , al igual que el sol , uno días brilla mas y otros menos ... pero siempre sale. Y además por Levante .
EliminarSi usted perdió la esperanza , salga a buscarla , esas cosas no se encuentran porque sí , se tiene o no se tiene ... solo de usted depende. En eso nadie puede ayudarla , lo digo con conocimiento de causa .
Perdone la dureza de mis palabras , pero así es la vida , hay que plantar cara , y no poner la otra mejilla .
Un abrazo.