Parece ser qué, los pensamientos de los hombres y las mujeres distan demasiado unos de otros. Imaginen esta situación, es de lo mas normal, pero... la historia es real como la vida misma.
No nieguen que alguna vez les pasó algo parecido.
Juan que se siente atraído por Cristina, le propone ir juntos al cine, ella acepta, se lo pasan bien. Pocos días después el le invita a ir a cenar, se sienten el uno con el otro muy bien.
Siguen viéndose regularmente, pero un tiempo después ninguno de ellos ve a ningún otro.
Una noche cuando van hacia casa, Cristina piensa en alto y dice;
-¿Te das cuenta de que justo hoy hace seis meses que nos vemos?-
-Se hace el silencio en el coche. A Cristina le parece un silencio eterno. Ella comienza a elucubrar.
-Vaya, me pregunto si le habrá molestado que yo haya dicho eso. Quizás se siente presionado por nuestra relación, quizás cree que estoy tratando de forzarle a alguna clase de obligación que él no desea, o sobre la que no está muy seguro-
Juan se queda pensando;
-Vaya, seis meses-
-Pero yo tampoco estoy segura de querer esta clase de relación. A veces me gustaría tener un poco más de libertad, para tener tiempo de pensar sobre lo que yo realmente quiero y que nos mantenga en la dirección a la que nos estamos dirigiendo lentamente... quiero decir, ¿hacia dónde vamos? ¿Vamos simplemente a seguir viéndonos en este nivel de intimidad? ¿Nos dirigimos hacia el matrimonio? ¿Hijos? ¿Una vida junta? ¿Estoy preparada para este nivel de compromiso? ¿Conozco realmente a esta persona?
Y Juan piensa;
-Así que... eso significa que fue...febrero cuando comenzamos a salir, que fue justo después de dejar el coche en el taller, o sea que... veamos el cuentakilómetros... ¡Leche! --Tengo que cambiarle el aceite al coche-
Cristina piensa;
-Está disgustado. Puedo verlo en su cara. Quizás estoy interpretando esto de mala manera, quizá quiere más de nuestra relación, mas intimidad, mas compromiso; quizás el ha notado (antes que yo) que yo estaba sintiendo algunas reservas.
Si, apuesto a que es eso. Por eso es tan reacio a decir nada sobre sus propios sentimientos. Tiene miedo de ser rechazado.-
Y Juan piensa;
-Y voy a tener que decirles que me miren la transmisión otra vez. No me importa lo que esos imbéciles digan, todavía no va bien. Y esta vez será mejor que no intenten echarle la culpa al frío ¿Que frío? Hay 30_C fuera, y esta cosa cambia como un camión de basura, y ¡yo les pago a esos ladrones incompetentes un montón de pasta!-
Cristina sigue en lo suyo...
-Está enfadado. Y no puedo culparle. Yo estaría enfadada también. ¡Dios, me siento tan culpable!
Le estoy haciendo pasar por esto sin motivo, pero no puedo evitar sentirme como me siento. Simple y llanamente, no estoy segura.-
-Juan piensa;
-Probablemente me dirán que solo tiene tres meses de garantía. Eso es justo lo que van a decirme, ¡serán capullos!-
Cristina;
-Quizás soy demasiado idealista, esperando que venga un caballero en su caballo blanco, cuando estoy sentada al lado de una persona buena, una persona con la que me gusta estar, una persona que realmente me importa, una persona a la que parezco importarle realmente, una persona que sufre por causa de mis egocéntricas fantasías románticas de colegiala.-
Juan;
-¿Garantía? ¿Quieren una garantía? Les daré una garantía. Cogeré su garantía y la...
-Juan -dice Cristina en alto-
-¿Qué? -dice Luis, sorprendido-
-Por favor, no te tortures así–
-(Dice ella, con un inicio de lágrimas en sus ojos) -
-Quizás nunca debí haber dicho... ¡OH, Dios, me siento tan...! (Se interrumpe sollozando)
-¿Qué? -dice Luis alucinando.
-¡Soy tan tonta! (solloza Cristina). Quiero decir, ya sé que no hay tal caballero-
-Realmente lo sé. Es estúpido. No hay caballero, ni caballo-
-¿No hay caballo? -dice Luis-
-Piensas que soy tonta, ¿verdad? -dice Cristina-
-¡No! -dice Luis, contento por fin de conocer la respuesta adecuada.
-Es solo que... solo que... necesito algo de tiempo -(dice Cristina)
Hay una pausa de 15 segundos mientras Luis, pensando todo lo rápido que puede, trata de decir una respuesta segura.
Finalmente se le ocurre una que cree que puede funcionar:
-Si -(dice)
Cristina emocionada, toca su mano...
-Oh, Juan, ¿realmente piensas eso?
-¿El qué?
-Eso sobre el tiempo
-Oh, ¡sí, claro!
Cristina se vuelve para mirarle y fija profundamente su mirada en sus ojos, haciendo que él se ponga muy nervioso sobre lo que ella puede decir luego, sobre todo si tiene que ver con un caballo. Al final, ella dice;
-Gracias, Juan-
Él la lleva a casa, ella se tumba en su cama, un alma torturada y en conflicto, y llora hasta el amanecer, mientras que Luis vuelve a su casa, abre una bolsa de patatas, enciende la tele, e inmediatamente se encuentra inmerso en una retransmisión de un partido de tenis entre dos checos de los que nunca ha oído hablar. Una débil voz en los más recónditos rincones de su mente le dice que algo importante pasaba en el coche, pero está bien seguro de que no hay forma de que pudiese entenderlo, así que opina que es mejor no pensar sobre ello.
Al día siguiente, Cristina llamara a su mejor amiga, o quizás dos de ellas, y hablaran sobre la situación sobre seis horas seguidas. Con doloroso detalle, analizaran todo lo que ella dijo y todo lo que él dijo, pasando sobre cada punto una y otra vez, examinando cada palabra, y gesto por nimios significados, considerando cada posible ramificación. Continuaran discutiendo el tema, una y otra vez, por semanas, quizás meses, nunca llegando a conclusiones definitivas, pero nunca aburriéndose.
Mientras, Juan, un día, mientras ve un partido de fútbol con un amigo común suyo y de Cristina, durante los anuncios, fruncirá el ceño y dirá;
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Bienvenidos a Rincón de Silencios.
Es solo eso, Mi Blog. Te agradezco tus comentarios.