He estado con el, mi mar… ese mar que logra darme lo que
nadie es capaz de dar. Paz, relax, calma y tranquilidad. Logra sacarme la mayor
de las sonrisas y a la vez, las tristezas mas profundas. Mi mar, al igual que
él, logra llevarme al cielo y al infierno a la vez.
Un día te acaricia la piel con brisa suave y tibia y otro
día la bravura de las olas te hacen perder el equilibrio en la orilla. Así es
mi vida, así me tratan, así me miman, así me quieren y así me odian.
Los días nunca dejan de sorprenderme, cada uno de ellos
lleva consigo algo nuevo. Unas veces cosas buenas y otras…no tan buenas, pero
día a día minuto a minuto, segundo a segundo… suceden cosas.
Esas cosas, te hacen replantearte otras, y así, entras sin
apenas darte cuenta en una espiral sin sentido, dando vueltas y vueltas como una noria. Una noria que al
final te marea y te produce pánico.
Mi miedo es perder el control de las cosas que suceden a mi
alrededor, perder el control del tiempo empleado, perder el control de los
sentimientos, perder el control de mi trabajo, perder el control del miedo a mi
misma, de mis pensamientos y sentimientos… ¡NO PUEDO PERDER EL CONTROL!
Lo raro es… que no me gusta controlar a nadie, las personas
deben saberse ellas mismas controlarse.
Por todo eso, para no perder el control , mantengo conversaciones conmigo misma, me
sirven… para desesperarme ,aunque reconozco que otras veces, las menos, para
reflexionar.
Son tantas las preguntas que pululan por mi mente, que a veces llegan a
atormentarme. Hoy es de esos días…
¿Cuántos años tienes ya?, me repito desde hace un tiempo,-"demasiados
para mi edad"-me contesto casi siempre.
Quizás, por todo lo vivido,o… quizás, por todo lo contrario.
¿Y ese estado de ánimo?, esta es la cuestión que me acompaña en los momentos más
bajos, en los instantes de inexistente autoestima.
Sí, hace tiempo conocí ese estado... más bien, hace mucho tiempo... demasiado.
¿Acaso los sueños sirven para desahogarte?, me habla el pensamiento cada día al
despertar.
Eso no lo sé. Pero la vida, o la realidad, a veces…, lamentablemente, me ahogan.
Y después de todo este tiempo, de todo lo pasado... ¿qué sigo buscando?
A lo que le puedo añadir tras sentir
esta última cuestión inacabada...¿siempre, aún sin esperanzas?
Y con ello, la pregunta se repetía de nuevo en mi mente…después de todo este tiempo, de todo lo pasado... ¿por qué sigues buscando
siempre, aún sin esperanzas?
La respuesta, tan fácil y simple como cierta...
"Porque es inevitable buscar cuando no se encuentra"



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