domingo, 2 de noviembre de 2014

Si me dan a elegir...

Hace demasiado tiempo que no escribo, y no es por falta de ganas, es por falta de tiempo. Han sucedido demasiadas cosas en mi vida en tan solo un año, un escaso año, que se me ha hecho excesivamente corto. Los amaneceres han sido diferentes, los atardeceres casi mágicos, los días especiales, las noches cortas, los sueños casi cumplidos. La vida en general me ha dado una tregua, cosa que le agradezco cada día. 

He recuperado amigas de antaño, y sigo conservando a los de siempre, mi hija camina por sendero tranquilo, sin demasiados recodos escondidos, tengo a mi lado una persona maravillosa, por la cual aposté y no me he equivocado. ¿Quien dijo que no existe el amor cuando pasas de los 45?, quien dijo eso, se equivocó. Ese por el cual sufrí su ausencia durante un tiempo, volvió de nuevo a mi vida, y le dio sentido a la esperanza, la esperanza de la espera sin apenas esperar nada. 



Mi familia navega en un velero con mar calmo y tranquilo, y yo los veo desde puerto con la calma y la serenidad que me va dando la edad.

Navegar en aguas tranquilas es un lujo que pocos tienen, y aunque el óxido a veces corroe el casco del velero, solo hay que sacarlo de puerto de vez en cuando y limpiarlo , solo así podrá volver a navegar con traquilidad y seguridad, dejando que el viento sople para desplegar velas y dejarse llevar. Hay que cuidar lo que se tiene para poderlo conservar...

Mi amigo , ese al cual adoro me diría ; 

"¿Ves?... Ni Abajo ni arriba, ni a un lado ni a otro, solo subiendo la cima, bajando la ladera, mientras el tiempo se escapa y los límites llegan. Camino de piedras que acaba, y comienza en sendero apacible, andando descalzo cayendo sin tregua.
Desaparecen las penas y aceptas las cosas, evitas las lanzas y encuentras la calma. Examinas tu vida y agradeces tu existencia. Ya no limitas las horas, no haces caso del tiempo, no te importa el futuro porque has llegado a la meta.
Y llegar no pesa, ya solo recuerdas lo que dolió, lo que dejaste atrás."

Pero de todo se aprende, y cultivar la paciencia es algo imprescindible para recoger aquello que anhelas. 

Cierto es que… he perdido por el camino gente, amigos, familia que se me han ido de repente, la vida a veces no tiene compasión y se lleva lo que más quieres, pero siempre dije que todos tenemos una fecha de caducidad, y esa fecha es inamovible… Pero ni nada,ni nadie desaparece mientras queden los frutos de las semillas plantadas y cuidadas. Nada es efímero mientras quede el recuerdo...

Si me dieran a elegir me quedaría como estoy ahora, serena, tranquila, feliz. Porque aunque la felicidad completa es una quimera, lo que tengo ahora se le parece mucho.






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