miércoles, 14 de enero de 2015

Dolor...

Llevo reflexionando un tiempo y la verdad es que no tengo motivos de queja. Pero, ya me está tocando las narices el tema de mi espalda.
Llevo unos cuantos años conviviendo con el amigo “dolor”,y a mi no me gusta convivir permanentemente con nada ni con nadie, por eso ya me resulta un poco cansino.
Hoy no voy a escribir sobre la soledad ni sobre el amor ni voy a utilizar retórica ni poesía , ni siquiera una gramatica perfecta , hoy solo os cuento la realidad mas absoluta tal y como es. Sin adornos. Prosa pura y dura.

Hace unos años (por le sirve de algo a alguien saberlo) me diagnosticaron una de esas enfermedades llamadas “raras”. 

Fue por casualidad, si no hubiese sido por que ya no aguantaba el dolor y fui a hacerme una resonancia, quizá me hubiese muerto sin saber que eso existía. Se llama siringomielia. Es un daño de la médula espinal causado por un agujero lleno de líquido que se forma en la médula. La cavidad llena de líquido por lo regular comienza en el área del cuello. Se expande lentamente y ejerce presión sobre la médula espinal, lo cual causa daño de forma lenta. Puede no haber ningún síntoma o los síntomas pueden abarcar...

Dolor de cabeza.
Pérdida gradual de masa muscular (desgaste, atrofia).
Pérdida de la función muscular, pérdida de la capacidad para usar los brazos o piernas.
Entumecimiento o disminución de la sensibilidad(Disminuye la sensibilidad al dolor o la temperatura)
Menor capacidad para sentir que la piel es tocada(Cuello, hombros, parte superior de los brazos, tronco con una distribución similar a una capa)
Empeora lento y progresivamente.
Dolor que baja por los brazos, el cuello o hacia la parte media de la espalda o las piernas.
Debilidad(disminución de la fuerza muscular) en los brazos o las piernas.

Otros síntomas que pueden presentarse con esta enfermedad son:
Espasmos o rigidez en los músculos de las piernas, las manos o los brazos
Movimiento descoordinado.

Esto sumado a dos discos lumbares, L-4 y L-5, con una artrosis degenerativa, pues…¡Duele !
Miedo no tengo, de esto no me voy a morir, pero si me causa una cierta inquietud pensar que me pueda quedar en una silla de ruedas y ser una carga para mi familia y para los que me quieren. No lo podría soportar…
Me he llegado a plantear (en los momentos duros) quitarme de en medio. A veces el dolor es insoportable, pero mi dolor es sordo, mudo y ciego. Nadie lo oye, nadie lo ve y nadie habla de el. 
Mi vida trascurre con bastante normalidad, hago deporte (después de eso me quiero morir, pero lo hago) trabajo, conduzco, llevo mi casa etc. Hago lo que cualquier persona normal hace diariamente... pero con dolor.

Llevo asumiendo demasiados años esta tortura, y a veces…

De las cervicales me operaron para descomprimir la médula, me fijaron dos vértebras a causa de la lordosis cervical, llevo en C-4 y C-5 dos discos de titanio y una chapita la mar de mona con seis tonillos preciosos.
Gracias  a esa operación, desaparecieron muchos de los síntomas ahí descritos, lo cual no significa que mañana no pueda levantarme de la cama (pero eso ni lo imagino). 
Lo único que queda son las contracturas que ya están en mi empresa con contrato fijo. Antes eran de  fijo discontinuo y ahora ya tienen derecho a despido (pero no hay manera)

Después de conseguir asumir el tema,aparece la artrosis degenerativo lumbar (eso creo que es peor) me han hecho una rizolisis (cauterizacion de los nervios fa-cetarios) Sin resultado. Esto es lo que más me molesta ahora y la artrosis del pulgar de la mano derecha ,el cual no me deja hacer casi nada.

Por todo esto, me he planteado hasta dejar a mi chico…el amor de mi vida, ese que tanto me costó tener a mi vera. Ahora, reflexiono y no puedo consentir que cargue con el peso de todo esto. Llegará un día, el cual no le pueda acompañar a montar en bici,  bucear , subir montaña o tal vez no pueda ni caminar a su lado. No soy capaz todavía de hacerlo, pero si esto empeora, lo tendré que hacer. Nada me preocupa más que perder mi independencia, pero más me dolería saber que quien hay a mi lado tiene que sacrificar parte de su vida. Si tuviese que pasar a depender de alguien para cualquier cosa… me moriría solo de ver ese panorama.

Solo me queda decir que el  dolor es  intenso, extenso y profundo. Me duele el cuerpo, de tal modo que me afecta tan radicalmente que me desborda alguna veces. Si alguna vez supongo que es un dolor localizado, desde luego no lo es, simplemente en un lugar y otro y otro más... Y no siempre estoy en condiciones de afrontarlo. A veces me  supera, me disloca. Incluso hasta llegar a poderme y a desesperarme aunque solo son  simples llamadas a la resignación. Otra cosa es la impotencia ante la contundencia de su embestida, la constatación de los límites de mi capacidad. Pero he decidido que el dolor ha de afrontarse, ha de expulsarse. 
Ya sea solo por dignidad.

Y recurro al lo que dijo un día  Frida Kahlo: “Yo solía pensar que era la persona más extraña del mundo, pero luego pensé, hay mucha gente así en el mundo, tiene que haber alguien como yo, que se sienta dañada de la misma forma en que yo me siento. Me la imagino, e imagino que ella también debe estar por ahí pensando en mí. Bueno, yo espero que si tú estás por ahí y lees esto sepas que, si, es verdad, yo estoy aquí, soy tan extraña como tú”.

El dolor físico rebosa lo corporal. Y su grito a veces silencioso nos reclama.


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